I PARTE
Los aquí convocados quieren dar aportes sobre la
experiencia de lo erótico en la expresión, o cuando menos, sobre la única forma
de ser compartida y realizada a través de la escritura.
Fuera del tiempo que no es ya tiempo, de ese tiempo que bien podemos llamar "eternidad", se encuentra esa experiencia de lo erótico. La palabra que se busca en un lenguaje que no precisa de palabras. Una morfología que se estructura en una sintaxis de lo explosivo. Un todo armónico e imponente, una fuerza energética que actúa por atracción, en lugar de repulsión. Una sinfonía ciega, noctámbula, espléndida en sí. Ante eso, la palabra, la expresión escrita y traducida en palabras, es sólo un intento de aprehensión, no siempre lograda, o al menos, no sin la participación activa de un lector. Entonces, esta erótica de lo escrito y expresado en palabras, se convierte desde ahora, en un secreto pacto entre quien escribe, y quien lee.
Fuera del tiempo que no es ya tiempo, de ese tiempo que bien podemos llamar "eternidad", se encuentra esa experiencia de lo erótico. La palabra que se busca en un lenguaje que no precisa de palabras. Una morfología que se estructura en una sintaxis de lo explosivo. Un todo armónico e imponente, una fuerza energética que actúa por atracción, en lugar de repulsión. Una sinfonía ciega, noctámbula, espléndida en sí. Ante eso, la palabra, la expresión escrita y traducida en palabras, es sólo un intento de aprehensión, no siempre lograda, o al menos, no sin la participación activa de un lector. Entonces, esta erótica de lo escrito y expresado en palabras, se convierte desde ahora, en un secreto pacto entre quien escribe, y quien lee.
II PARTE
Así pues, el lenguaje de la
escritura está ausente. Una fuerza volcánica lo ha callado, lo ha diseminado en
partículas sin sentidos. Se ha convertido en gemido silenciado, amordazado, exiliado
del socorro. Es ahora lo imposible.
Lo erótico se impone por sobre
las lógicas de la coherencia. Lo erótico es ahora ley de las anti-leyes. Lo
convencional ha cedido, se ha doblegado. Los cuerpos han sido mutilados de la
presencia propia. El estallido de la locura re-ordena las piezas difuminadas,
diseminadas. El nuevo cuerpo se estructura en discurso, en "palabra
escrita".
Nace ahora "lo
erótico", la escritura vuelve a recuperar su esencia metafísica. Lo que
está presente en lugar de lo "otro". Así pues, escritura es ahora
ausencia de los cuerpos.
El porqué de MI ROTUNDO NO.
Argumento en pocas palabras.
ANEXO a: "ADAPTACIÓN A LA
LUZ (aportes a una erótica sin cuerpos)"
Parte 1
En tiempos esquizoides como el de
nuestros días, pretender leer todas las notificaciones que llegan al perfil de
cada uno, es una carrera de locos. Para evitarse tal ritmo, es preciso elegir
qué o sobre qué quiere uno notificarse a su debido tiempo.
En poco menos de una semana, creo
haber leído lo suficiente como para situarme entre los grandes desinformados, o
peor aún, entre los grandes vaciados, violentamente, de contenido puramente
enriquecedor.
He notado un desmesurado
incremento de las poéticas de lo erótico, pura y meramente lejanas de lo verosímil,
lo anecdótico existencial, de la reflexión, o la animalidad del hombre mecánico
que se ve empujado por la rutina hastiaste, a tales saltos cualitativos.
¿Preocupante? Para nada. Cada quien hace a la altura modesta de su intelecto.
Formulo el interrogante nuevamente: ¿Preocupante? Sí, seguro que sí.
Imaginemos el escenario actual de
las creaciones artísticas, sin las palabras comunes siguientes: pasión - ardor
- fuego - piel - humedad - roces - besos - temblores - latidos - gemidos -
respiración - sudor... etc. etc. etc. (Digo, si han prescindido de tantos otros
elementos, bien podrían, en valor a la economía de recursos, hacer obras sin
estas o aquellas palabras, ¿no?.
Imaginemos por un momento tal
escenario, y nos atrevámonos a hipotetizar qué quedaría.